Las mulatas cachondas estaban deliciosas para la polla. El travieso lo hizo bien y se folló a dos morenas de sus sueños. El sexo iba a ocurrir naturalmente con ellos chupando mucho la polla del bastardo, que se puso dura como una piedra. Ambos se metieron la polla dentro e incluso disfrutaron dándosela al sinvergüenza que realmente se metió en ellos.
- 0
