La irresistible Puta Coroa Bunduda
Nunca imaginé que una simple visita a la ciudad me haría descubrir el mayor excitante de mi vida: la irresistible zorra con un gran culo. Su delicado cuerpo era pura belleza a mis ojos y al mismo tiempo provocaba un deseo incontrolable de poseerla.
Era un calor opresivo, pero cuando me encontré con ella, todo ese calor se convirtió en un deseo intenso. Mirarla era percibir una mezcla de sensaciones porque era hermosa en su sencillez. Quería pasar mis labios por todo su cuerpo musculoso y definido, sentir su piel suave y cálida. Mi deseo era tan grande que me levanté sin darme cuenta y me acerqué a ella.
No supe qué decir, pero logré expresarme de la mejor manera. Ella me rodeó con sus ojos verde agua, sosteniéndome en su mirada. Fue entonces cuando nos entrelazamos en un intenso beso que se convirtió en una ardiente pasión.
Nos levantamos y ella me llevó a su habitación donde pasó todo. Allí no hicieron falta palabras para que ambos se entendieran. Fuimos a deshacernos de la ropa al son de una música lenta que llenaba la habitación.
La admiré durante mucho tiempo. Su cuerpo curvilíneo, pechos firmes, culo alegre y rostro angelical eran todo lo que deseaba. Ella me llevaría a las alturas del amor.
Nuestra intimidad, exploré cada pedacito de su cuerpo con mi lengua, los profundos gemidos que salían de su boca. Ella buscó formas inteligentes de burlarse de mí y esa sensación me volvió loco de lujuria.
Una pasión ardiente por una puta culona
Saltamos de la mano sobre la cama, besándonos y tocándonos por todos lados. Cada zona de nuestro cuerpo recibió especial atención, cada movimiento fue elogiado. Nuestras bocas intentaron encontrarse y entregarse. No hubo prisas, cada roce nos provocaba sensaciones únicas.
En todo esto no pensaba en nada, solo quería con todas mis fuerzas a esa mujer puta con un gran culo. Fue entonces cuando me abrazó muy fuerte y me colocó encima de ella boca arriba. No pude resistirme, me lancé a ese momento de pura intensidad. Con la ayuda de mi mano derecha sostuve su cadera para guiarla y profundizar en ella.
Cada toque era una explosión de placer. Nuestros sueños y anhelos se cumplieron y con este momento de completo deleite. Se combinaron movimientos suaves, largos y lentos con otros rápidos, donde el agarre era intenso. Me sentí abrazada por ella, ya que sus gemidos también me invitaban a hacer más.
Nuestros cuerpos desnudos bailaron al son de tanto placer, deslizándose, retorciéndose y girando en el calor de ese momento. Pasamos por encima y por debajo y ella me empujó hacia arriba. Junto con eso, su lengua me rodeó suavemente, provocándome aún más.
Fuimos más y más profundo con cada minuto que pasaba, era como si el tiempo no supiera de nuestra existencia. El deseo y la pasión se volvieron incontrolables e implacables.
Después de una larga sesión de placer, nuestros cuerpos aún se movían lentamente y alcanzamos el orgasmo conjunto. Estaba cansada pero satisfecha porque era el sentimiento más dulce y salvaje que jamás había experimentado. Apoyó su cabeza en mi pecho, sentí su calidez y respiré el dulce aroma de su cuerpo. El sentimiento de satisfacción y alegría permaneció con nosotros durante mucho tiempo.
- 0
