La aventura de comerse el trasero
La llegada de la primavera me dio unas ganas inagotables de explorar mis deseos y darme el placer de realizar y experimentar con mi culo, las fantasías más inocentes y maravillosas. Entonces decidí que esa noche estaría dedicada a una de las fantasías eróticas más excitantes de mi vida.
ya lo habia hecho Sexo Anal Con mi novia antes, pero nunca había experimentado el placer de comerle el culo. Estaba lista para aventurarme en esta deliciosa experiencia y dejarme llevar por las olas de emoción mientras leía la reacción de mi cuerpo ante la experiencia.
Antes de eso, investigué un poco sobre sexo anal, comer culo y cosas así. Gracias a Internet, aprendí todo lo que necesitaba saber para asegurarme de que la experiencia no fuera perjudicial para ninguno de los dos. Le di sugerencias a mi novia y también le di todo el espacio que necesitaba para que se sintiera segura y cómoda incluso para probar este tipo de experiencias conmigo.
Hicimos pequeñas copas de champán para celebrar la que sería una de las experiencias sexuales más excitantes de nuestras vidas. Bebimos despacio y nos dirigimos a la habitación donde teníamos velas, toallas, lubricante, guantes y almohadas.
Una experiencia abrumadora follando un culo caliente
Estábamos listos para aventurarnos. Me acosté en la cama y comencé a masturbarme mientras ella colocaba su culo sobre mi cara y me dejaba con un placer inexplicable. Lentamente comencé a lamerle el culo y ella dejó escapar gemidos de placer. El lubricante marcó la diferencia a la hora de follar el culo, haciendo que la experiencia fuera aún más estimulante.
Besé y chupé su culo de buena gana, haciendo que la experiencia fuera cada segundo más caliente. Luego se dio la vuelta, se colocó de lado y abrió las piernas. Lo que vi me dejó sumergida en el deseo, porque tenía un coño hermoso y muy hinchado. Lentamente, comencé a comerle el coño mientras ella gemía de placer.
Me di cuenta de que estaba lista para intentar comerle el culo y todavía no me sentía satisfecho. Hablamos de los sentimientos que teníamos e intercambiamos afecto mientras ella se preparaba para la aventura.
Fue útil darle tiempo para prepararse mentalmente para la experiencia. Bajé para besarle el trasero y jugué con mis dedos mientras la lamía suavemente. Ella gimió más fuerte, lo que me hizo querer comérmela cada vez más. Apliqué el lubricante a mis dedos y masajeé expertamente su ano. Ella se soltó y se corrió mientras yo seguía hundiendo el dedo.
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