La follada dura que despertó placer
Durante meses, la pareja Joana y Miguel se habían preparado para este momento. Él nunca había sido entrenado formalmente para follar duro, pero ella había descubierto con el tiempo las cosas que le gustaban a su amante y las cosas que hacían que su lengua cantara de placer. Cuando finalmente llegó el momento, el ambiente en la cama era de tensa expectación. Fue entonces cuando dijo las palabras mágicas te lo voy a poner fuerte.
El corazón de Joana se aceleró; ella sabía exactamente lo que eso significaba. Ella se giró con una sonrisa y se postró ante él. Todo estaba preparado para un momento de ardiente placer, y la excitación mezclada con la ansiedad era un plato perfecto para realzar todos los sentimientos de ese momento.
Le sonrió a Joana, que esperaba ansiosamente y se arrodilló a su lado, antes de tomarle suavemente la cara y acercarse para darle un beso anhelante.
Miguel deslizó una de sus manos por su cuerpo y, con el otro brazo, sujetó su cintura con firmeza. Podía sentirse segura como nunca antes, y el terror mezclado con la emoción que le provocaba el momento era una combinación explosiva.
Cuando él empezó a guiar su ritmo erótico con su fuerza, Joana lo abrazó con todo su entusiasmo, levantándose para encontrar su boca. Las manos de Miguel se apretaron aún más, pero ella salió a la superficie momentáneamente para decir entre gemidos: “Quiero que me folles fuerte”.
Miguel sonrió satisfecho mientras sus labios recorrían delicadamente su cuello. Chupó bien las paredes de su placer, escuchando cómo se aceleraban las palpitaciones de su corazón. Ella quería más. Quería sentirlo dentro de ella.
Los orgasmos del amor que golpean fuerte
Luego, se apoderó de su sensualidad con la mayor fuerza, penetrándola profundamente y a partir de entonces Miguel no se detuvo. Empujada tras embestida, su lengua exploraba cada nueva zona de deseo que descubría en el cuerpo de Joana.
Su fuerza crecía con cada toque y cada vez que ella se desviaba de su camino habitual, su lengua la coronaba con un pitido de satisfacción. Eran más que gemidos; eran palabras de amor y verdad en medio del éxtasis profundo follado con fuerza en el Buceta que sólo este caballero podría ofrecer.
Los sollozos y suspiros de Joana resonaban en el alma de Miguel y eran la música más divina que jamás había escuchado. Se sintió completo y realizado. Sabía que ese era el momento más importante de sus vidas, en el que el amor y el deseo se intensificaban y sentían con más intensidad que cualquier otro sentimiento.
Cada vez que él entraba en ella, ella sentía que toda la presión alrededor de su cuerpo explotaba de placer. A medida que tu placer crecía, tu cuerpo se llenaba de una energía muy poderosa, dedos sutiles que te envolvían como grandes brazos suaves.
Intercambiaron palabras de amor mientras Miguel la penetraba cada vez más profundamente. Joana logró experimentar un intenso orgasmo, que convirtió su cuerpo en astillas, haciéndolo más tenso. Ella lo sintió aún más profundamente, aumentando el placer para ambos.
Después de un tiempo, ambos alcanzaron el clímax al mismo tiempo, transformando esa explosión de ternura en una gran explosión de emoción. Un cálido placer lo llenó.
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