La locura del trasero en el sexo trío
En mitad de la noche, al acostarme en la cama, me vino a la mente el deseo irresistible de probar algo diferente con un trasero en un trío. Y entonces decidí satisfacer mi deseo: quería sexo en trío. Sabía que era un poco arriesgado, pero no lo pensé dos veces antes de pedírselo a unos amigos: una rubia culona y un negro. Así comenzó la locura.
Al llegar a su departamento, pude ver que ambos estaban bastante entusiasmados con mi sugerencia. No pasó mucho tiempo antes de que empezáramos a beber y escuchar algo de música. Y fue entonces cuando me di cuenta de que parecían anhelar la sensación de libertad que eso podía brindarles.
Entonces descubrí que la chica rubia y el chico negro tenían algo en común: la pasión por el sexo y la sensación de libertad que proporciona. Ambos me contaron historias maravillosas de sus experiencias eróticas y pronto comenzó la excitación.
Con nuestros cuerpos listos para la locura, comencé a explorar ambos bien. Primero la rubia, su orgulloso culo de piel fina y pechos generosos. Estaba ardiendo de deseo. Poco después besé al negro de brazos tatuados y abdomen excitante. La pasión se podía sentir en el aire.
Entonces comencé a provocarlos al mismo tiempo, superando límites y cruzando fronteras nunca imaginadas. Comencé a acariciarlos y colocarlos al mismo tiempo en un ritmo erótico embriagador. Al poco tiempo mi cuerpo entró en éxtasis y la sensación de libertad y dejarme llevar me llevó a otro nivel.
El clímax de la caballa rubia en un trío
Comencé a sentir cada vez más una sensación de logro con la rubia de gran culo acurrucada en mi medio. El sexo del trío se volvió cada vez más intenso. Alcanzando la cima del placer, los tres al unísono, nos encontramos en un estado de lujuria total.
La experiencia fue tan abrumadora que entre el placer y la emoción, algunas lágrimas brotaron de nuestros ojos. No recuerdo nada más que este maravilloso frenesí. Había tanto amor, tanta satisfacción, tanta plenitud entre nosotros tres que todo se volvió uno.
Y en cuanto pasó la locura, sentimos la inmediata necesidad de abrazarnos. Y fue entonces cuando decidí que nuestro trío erótico nunca sería olvidado. Un momento de realización intenso y embriagador que recuerdo hasta el día de hoy.
La preciosa sensación que sentí esa noche con el culo caliente en trío continúa acariciándome y enviándome oleadas de placer y libertad. Acariciándome internamente y permitiéndome tener nuevas experiencias sin miedo. Eso me trajo la locura de los tríos.
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